


ENCUENTRO 30 DE ENERO 2010
Gracias Antonio:
Cuando nos despedimos allá por el año 1981, al finalizar el tercer año de FP-2, yo pensaba que sería muy difícil volvernos a encontrar; porque vivimos en puntos opuestos de la provincia y ninguno de nuestros pueblos es camino de paso desde cualquiera de ellos hasta las capitales más cercanas que tenemos. Pero nadie sabe lo que la vida le tiene preparado.
Durante todos estos años a mí se me han ido olvidando bastantes momentos de los vividos en Úbeda durante los años que pasamos estudiando, pero entre otros el que no ha podido borrar el tiempo es una cena en el mes de septiembre de 1980 fue donde tu vivías comentamos las vivencias de ese verano y lo que nos esperaba ese último año de estudios.
Esto no te ha ocurrido a ti, y doy gracias a Dios que haya sido así porque de lo contrario seguramente no me hubiese enterado de este encuentro del pasado 30 de enero, fue una tarde de diciembre, nuestro mutuo compañero Ezequiel llegó hasta donde yo trabajaba y me dijo: “tu conoces a un tal Antonio García Romero que estuvo estudiando con nosotros en Úbeda”, mi respuesta fue no, yo a quien si recuerdo es a mi compañero Antonio García Moreno que teníamos las mesas contiguas, alguien ha entendido mal el segundo apellido porque el auténtico es Moreno le dije, y me contestó pues el si se acuerda mucho de ti, y me ha comentado que hay un encuentro de antiguos alumnos. A mi mente comenzaron a llegar recuerdos y nombres de esos años todos agradables, imágenes y caras de compañeros, compañeras y profesores; anécdotas etc., recuerdos también de exámenes y alguna noche sin dormir estudiando algún examen.
Mi temor al llegar a Úbeda era el no saber a quién encontraría, sabía que a ti seguro pero en casi treinta años las personas cambian mucho, y pensaba ¿seré capaz de reconocer a mis compañeros y compañeras?, pero al primero que vi fue a tí, ¡que cambiado!, tu pelo negro azabache se había convertido en un pelo blanco nieve, al primero que saludaste fue a mi compañero Ezequiel, y yo seguía sin conocerte, pero fue al oír tus carcajadas, inconfundibles de verdad, cuando comprendí que allí estaba mi compañero de clase el que se sentaba junto a mí, el corazón me dio un vuelco, nunca pensé que podría sentir tanta satisfacción, y creo que esta satisfacción era la misma en todos los que del mismo curso estábamos allí, poco a poco comenzamos a darnos a conocer los unos a los otros, las expresiones eran ¡ y tú quien eres!, soy … pues que cambiado estás, tú has cambiado menos, y así uno tras otro.
En el comedor como antaño todos en la misma clase, para poder estar igual, unimos dos mesas para que todos pudiéramos estar juntos, intercambiamos nuestros teléfonos, nuestros correos y fueron unas horas que quizás ninguno esperábamos pasar también , el milagro se había producido volvíamos a vernos, revivimos aquellos momentos que aunque quedaron atrás, por momentos estuvieron presentes en nuestras charlas y todo por qué, pues todo te lo debemos a ti, tu nos has juntado, muy posiblemente si tu no te hubieses preocupado de informarnos de este encuentro no nos hubiésemos enterado, por eso te vuelvo a repetir GRACIAS ANTONIO, y espero que no vuelvan a pasar tantos años para volvernos a encontrar, que mantengamos el contacto y a ver si hacemos realidad el encuentro que planteamos en el almuerzo y si fuera posible contactar con los compañeros que no han estado presentes en este encuentro.
Por haberme hecho revivir aquellos años, por no olvidarme, por acordarte de mí y localizarme, por tu afecto que has sabido mantener, y por haber mantenido en tu corazón prendida la llama de la amistad que tuvimos gracias Antonio, muchas gracias de tu compañero Antonio García Gallego.
La congregación, que vive de los dulces caseros que prepara de forma artesanal, ve en éstos y en las donaciones del pueblo de Úbeda su únicas fuentes de ingresos. Los dulces se venden en su mayor parte en las fechas de Navidad, pero los ingresos que les proporcionan son
insuficientes a la hora de afrontar los gasto del convento. En las pasadas Navidades terminaron de pagar la deuda contraída, desde hacía más de un año, con el albañil. El presupuesto inicial para arreglar parte del tejado se vio multiplicado por diez, porque "no se ve dónde alcanza lo dañado hasta que no se empieza a profundizar durante la ejecución de las obras", lamentó Sor María Auxiliadora. "Además, aún tenemos muros apuntalados desde el año 1990", añadió.
ESPERAMOS QUE OS HAYA GUSTADO LA IDEA. UN SALUDO.¡!!INOLVIDABLE ¡!!
Hola D. Diego, ante todo quiero darle las gracias a usted (por la fabulosa idea) y a todos los que han colaborado directamente en el “Encuentro” que hemos tenido toda la familia administrativa.
En mi recuerdo siempre va a quedar como una jornada inolvidable en la que pude reencontrarme con compañeros que hacia treinta años que no veía y con los que pude recordar los momentos tan entrañables vividos en nuestra época de estudiantes.
Otro momento muy emotivo para mí fue aquel en que se le entregó a usted la placa de reconocimiento por la gran labor realizada a lo largo de su trayectoria profesional y a la vez, los ramos de flores y la placa de recuerdo (tan merecida), a los que colaboraron junto con usted en nuestra formación tanto personal como profesional, para ser las personas que somos hoy, y que por desgracia, ya no se encuentran entre nosotros. Espero que dicha placa ocupe el lugar que se merece en el Centro Educativo (aunque haya cambiado en reiteradas ocasiones de nombre y tenga otra ubicación) dónde ellos realizaron su trabajo y todos nosotros adquirimos nuestra formación.
En definitiva, le reitero las gracias por conseguir reunirnos a todos@s, en este genial reencuentro (que espero que se repita), y le deseo que, al igual que ha conseguido sus objetivos a nivel profesional (lo ha hecho de fábula), ahora pueda disfrutar a tope de su ¿jubilación?, bueno como no me gusta esa palabra le diré “Vacaciones Indefinidas” rodeado de las personas que quiere y que le quieren
Un fuerte abrazo de la que en su día fue su alumna y para quien siempre será mi profe “D. Diego”.
LUISA JÓDAR