miércoles, 2 de diciembre de 2009

UNA REFLEXIÓN: Por Fernando Martínez.


EL RECUERDO Y EL OLVIDO

¡Cuántas contradicciones hay en esta vida! Así a priori, si te preguntan que palabra te transmite mejor rollo estoy seguro que todo el mundo diría el recuerdo. Como palabra, a mi me gusta más “el olvido” y en cuanto a lo que significan…

Ahí es donde está la contradicción.

EL RECUERDO, el recuerdo es una palabra que aparece en mil poemas y letras de canciones. Parece una palabra bonita, una palabra que trae “buenos recuerdos”. Pero, ¿qué pasa cuando duele recordar?

Porque a mí recordar me duele.

¿Qué pasa cuando se recuerdan alegrías tristes, como dice un amigo? Aunque lo que recordemos sea una de las cosas mejores que nos ha pasado en la vida, inmediatamente después de la tímida sonrisa que nos arranca ése recuerdo, nos inunda una ola de melancolía y tristeza al volver a la realidad y darnos cuenta de que son recuerdos pasados, barridos por el tiempo y que no volverán a suceder. Porque las cosas no se repiten, aunque la historia lo haga, porque cada momento es único y especial y es imposible que suceda de nuevo.

Que el péndulo vuelva al otro lado, que al fin y al cabo las alegrías tristes de hoy fueron alegrías en el pasado y que seguro que nuevas alegrías están esperando a la vuelta de la esquina.

EL OLVIDO, el olvido es, al contrario que el recuerdo algo pasivo. Para recordar hay que hacer un mínimo esfuerzo, hay que poner algo de polvo mágico de neuronas a trabajar. Pero para olvidar no, porque uno olvida sin darse cuenta, es algo que sucede en nuestras narices pero que somos incapaces de identificar.

Porque yo olvido que he olvidado.

Y así, olvido tras olvido, llegamos a acumular un montón de ellos. Ni requieren mantenimiento, simplemente están ahí. Y no duelen. Pero lo que deberíamos hacer es acordarnos de que hemos olvidado. Y entonces estamos recordando…

Batir en duelo a esa fuerza que nos hace ser tan pasivos, a la que nos hace relegarlo para mañana aunque lo hayamos recordado hoy. Y vencerla. Y rescatar de ese montón ésa dirección y escribir. O ése número de teléfono y llamar.

Mi mente guarda un gran recuerdo de mi estancia en FP; es más, esa etapa ha sido una de las más felices mi vida.

Y, como he olvidado que olvido, yo siempre diré YO ESTUVE ALLÍ ”,

No perdáis la oportunidad de estar allí,

Va por ti, Diego.

Un abrazo.


FERNANDO MARTÍNEZ.